Como todo motor entrega su potencia (KW y par) a un régimen determinado, que siempre está entre el régimen de ralentí (aprox. 600 rpm) y el régimen máximo (aprox. 6.500 rpm), sería bastante incómodo conducir sin
caja de cambios. Esto equivaldría aproximadamente a conducir exclusivamente en primera. Lo que esto significaría no necesita más explicación. El motor sólo se puede utilizar correctamente con una caja de cambios. Las distintas relaciones de transmisión de cada una de las marchas permiten arrancar y alcanzar una velocidad de crucero adecuada, con todas las variaciones intermedias. A diferentes velocidades y en diferentes condiciones de conducción (llano, cuesta arriba, cuesta abajo), el motor siempre puede funcionar en su gama de revoluciones más favorable, y la caja de cambios también hace posible la marcha atrás.