02/06/15
La Copa del Rey aguarda al campeón. Después de recorrer las calles de Bilbao y Barcelona a bordo de un SEAT Alhambra, el trofeo descansa ya hasta la hora del partido. Detrás quedan centenares de fotografías de los seguidores de ambos equipos, por el museo Guggenheim o el teatro Arriaga en Bilbao, o por la Sagrada Familia o el monumento a Colón en Barcelona, todos ilusionados por hacerse con el ansiado trofeo.
Los ex futbolistas Patxi y Julio Salinas recibieron la copa en un acto celebrado en Barcelona y auspiciado por SEAT, patrocinador oficial de la Final de la Copa de SM el Rey 2015. A ambos les une una gran pasión por el Athletic, equipo en el que se formaron, pero Julio es también un ferviente seguidor del Barça después de su paso por el club azulgrana, donde obtuvo los mayores éxitos de su carrera deportiva. Ambos, además, ganaron la Copa del Rey con la camiseta del Athletic.
Uno y otro tienen muy claro que el gran favorito es el Barça, aunque esperan el milagro. “El Athletic tiene que hacerlo todo absolutamente bien, y el Barça un partido nefasto”, confiesa Patxi Salinas, mientras su hermano asiente: “Veo al Barça muy motivado, tienen la oportunidad de repetir triplete y no van a regalar nada”.
En un tono jocoso y desenfadado, y en el interior del SEAT Alhambra que a lo largo de estos días ha custodiado el trofeo, Patxi Salinas apunta que para esta final hay sólo dos preguntas clave: ¿Tienes entradas? y ¿Cómo parar a Messi?. “Es más fácil tener una entrada para esta final que parar a Messi”, sentencia Julio entre risas. El exjugador de Athletic y Barça cree que los azulgranas se impondrán por 3 a 1. A Patxi le basta con el 1-0 con el que los leones se impusieron en la final del 1984, su última copa del Rey y precisamente contra el Barça. Y Patxi culmina su deseo con una promesa: “Si el Athletic gana la Copa del Rey, yo voy a Berlín con la camiseta del Barça”.
Nuestro paseo termina en los aledaños del Camp Nou. “¡Qué maravilla!”, suspira Patxi, mientras Julio le recuerda que el estadio es todavía más grande de lo que parece por fuera. En un apretón de manos sincero, los hermanos se desean lo mejor, al tiempo que Julio asegura que “gane quien gane yo voy a estar feliz”.
